2011
CRISTINA NAREA SE PRESENTA EL 20 DE JULIO EN LA BOCA DEL LOBO Y CONFIRMA SU GIRA EN AGOSTO POR 8 CIUDADES DE MÉXICO por Nacho Sáinz de Tejada
Cristina Narea acaba de confirmar que el próximo mes de agosto realizará una gira en México por ocho ciudades, entre ellas México DF, Puebla, Oaxaca y Chiapas.
Será la presentación en México de su nuevo álbum Agua, el tercero de su carrera en solitario. Publicado en enero de 2010, el disco “suena fresco, liviano, mineral”, según el escritor Bruno Galindo. “Como el líquido elemental, la obra es capaz de ser en algunas canciones vaporosa y leve, y en otras sólida y contundente”.
Con las canciones producidas y tocadas por José Romero, Osvi Grecco, Adrián Schinoff, Paco Bastante, Basilio Martí, Carlos Brooking y la propia Cristina, a los que se han añadido grandes músicos (Tito Dávila, Jacob Reguillón, Jaime Asúa, Sergio Castillo, Fernando Lupano, Cristian Costantini, Carlos Narea…) y las voces invitadas de Luis Eduardo Aute, Javier Ruibal y Carmen París en la versión de Volver a los 17 de Violeta Parra, Agua es un reflejo de la altura como compositora de Cristina Narea y su delicada contundencia interpretativa en canciones como Agua, Se apagó la ciudad, Tanto sol, La casa azul o Bajo la cruz del sur.
Agua sucede a Al otro lado, disco publicado en 2004 y producido por Carlos Narea. A lo largo de su carrera, Cristina Narea, chilena residente en Madrid, ha colaborado como músico y voz con Nacha Pop, Antonio Vega, Nacho García Vega, Miguel Ríos, Revólver, Joaquín Sabina y, en los últimos años, formando parte de la banda estable de Luis Eduardo Aute. Por otra parte, Cristina Narea ultima estos días la publicación de su primer libro de poesía que, con el título de Bajo las plumas, se editará en otoño de 2010.
Son algunos apuntes de la trayectoria de Cristina Narea que tiene en Agua su último escalón. De una artista cabal que pisa el escenario como pocas y que el próximo 20 de julio se presenta con su banda en Madrid) antes de llevar sus canciones a México.
Nacho Sáinz de Tejada
Cristina Narea acaba de confirmar que el próximo mes de agosto realizará una gira en México por ocho ciudades, entre ellas México DF, Puebla, Oaxaca y Chiapas.
Será la presentación en México de su nuevo álbum Agua, el tercero de su carrera en solitario. Publicado en enero de 2010, el disco “suena fresco, liviano, mineral”, según el escritor Bruno Galindo. “Como el líquido elemental, la obra es capaz de ser en algunas canciones vaporosa y leve, y en otras sólida y contundente”.
Con las canciones producidas y tocadas por José Romero, Osvi Grecco, Adrián Schinoff, Paco Bastante, Basilio Martí, Carlos Brooking y la propia Cristina, a los que se han añadido grandes músicos (Tito Dávila, Jacob Reguillón, Jaime Asúa, Sergio Castillo, Fernando Lupano, Cristian Costantini, Carlos Narea…) y las voces invitadas de Luis Eduardo Aute, Javier Ruibal y Carmen París en la versión de Volver a los 17 de Violeta Parra, Agua es un reflejo de la altura como compositora de Cristina Narea y su delicada contundencia interpretativa en canciones como Agua, Se apagó la ciudad, Tanto sol, La casa azul o Bajo la cruz del sur.
Agua sucede a Al otro lado, disco publicado en 2004 y producido por Carlos Narea. A lo largo de su carrera, Cristina Narea, chilena residente en Madrid, ha colaborado como músico y voz con Nacha Pop, Antonio Vega, Nacho García Vega, Miguel Ríos, Revólver, Joaquín Sabina y, en los últimos años, formando parte de la banda estable de Luis Eduardo Aute. Por otra parte, Cristina Narea ultima estos días la publicación de su primer libro de poesía que, con el título de Bajo las plumas, se editará en otoño de 2010.
Son algunos apuntes de la trayectoria de Cristina Narea que tiene en Agua su último escalón. De una artista cabal que pisa el escenario como pocas y que el próximo 20 de julio se presenta con su banda en Madrid) antes de llevar sus canciones a México.
Nacho Sáinz de Tejada
2011
PRESENTACIÓN DE "BAJO LAS PLUMAS, por Lorenzo Saval
Para esta ocasión me hubiera gustado ser un gran mago y anunciar a nuestra invitada con todos los artificios posibles de música luces y pirotecnia y hacerla aparecer luego entre una nube de pájaros y platillos volantes en el centro del escenario.
Señoras y señores
es un grandísimo placer presentaros
a una mujer fascinante
Cristina Narea
Pero no soy mago, sólo tengo la palabra para asombraros y ésta a veces no es suficiente para mantener el equilibrio emocional que ciertos tipos de actos requieren, sobretodo aquellos en que tienes que presentar a una amiga íntima, con una geografía de complicidades de por medio donde es muy fácil perder el rumbo, el corazón y las maletas. Un equipaje cargado de recuerdos, de vida cocinada a fuego muy lento y con Chile al otro lado del océano dibujado a trazos por la nostalgia.
Las instantáneas de memoria podrían sucederse hasta el infinito pero no quiero que el olvido deje pasar ciertos antecedentes familiares de Cristina. Su madre y su tía con el dúo Sonia y Myriam
fueron claves en la expansión de la música latinoamericana en los años 50 y 60, y su hermano Carlos es desde hace años uno de los productores musicales más reconocidos de este país.
Imposible abstenerse a ese ADN encadenado de talento en el que también sobresale su abuela, famosa cantante de boleros, y su hermana Paula también cantante y agente de artistas, para hablar de esta mujer seriamente comprometida con la vida y sus estragos, con la música y sus avatares y con la poesía y sus amores.
Ha editado tres discos hasta la fecha, el último Agua en 2010. Su talento como compositora y cantante es reconocido por los músicos más prestigiosos, ha acompañado en conciertos, giras y discos a artistas de la categoría de Miguel Ríos, Joaquín Sabina o Luis Eduardo Aute con quien toca habitualmente desde hace ya varios años.
Se define rockera en actitud y no hay nada más que ver el empaquetado de su libro Bajo las Plumas para certificarlo. Un libro diseñado para que los poemas estuvieran en un bolsillo apretado después de una caricia antes que en una biblioteca.
Una poesía para llevarla. Empieza con unas Re-Flexiones, un ejercicio físico que suele hacerse en posición inclinada, recostado hacia abajo y subiendo y bajando al suelo. Esta gimnasia poética y reflexiva que no cesa en todo el libro, encuentra momentos magníficos como en este fragmento:
cada día descubro un dibujo nuevo
en el mapa abierto
de mis secretos
Todos estos territorios recortados que uno tiene en el corazón están en sus canciones y su poesía, secretos como plumas de edredón que nos protegen del frío y también de los sueños.
Lorenzo Saval, 2011.
Para esta ocasión me hubiera gustado ser un gran mago y anunciar a nuestra invitada con todos los artificios posibles de música luces y pirotecnia y hacerla aparecer luego entre una nube de pájaros y platillos volantes en el centro del escenario.
Señoras y señores
es un grandísimo placer presentaros
a una mujer fascinante
Cristina Narea
Pero no soy mago, sólo tengo la palabra para asombraros y ésta a veces no es suficiente para mantener el equilibrio emocional que ciertos tipos de actos requieren, sobretodo aquellos en que tienes que presentar a una amiga íntima, con una geografía de complicidades de por medio donde es muy fácil perder el rumbo, el corazón y las maletas. Un equipaje cargado de recuerdos, de vida cocinada a fuego muy lento y con Chile al otro lado del océano dibujado a trazos por la nostalgia.
Las instantáneas de memoria podrían sucederse hasta el infinito pero no quiero que el olvido deje pasar ciertos antecedentes familiares de Cristina. Su madre y su tía con el dúo Sonia y Myriam
fueron claves en la expansión de la música latinoamericana en los años 50 y 60, y su hermano Carlos es desde hace años uno de los productores musicales más reconocidos de este país.
Imposible abstenerse a ese ADN encadenado de talento en el que también sobresale su abuela, famosa cantante de boleros, y su hermana Paula también cantante y agente de artistas, para hablar de esta mujer seriamente comprometida con la vida y sus estragos, con la música y sus avatares y con la poesía y sus amores.
Ha editado tres discos hasta la fecha, el último Agua en 2010. Su talento como compositora y cantante es reconocido por los músicos más prestigiosos, ha acompañado en conciertos, giras y discos a artistas de la categoría de Miguel Ríos, Joaquín Sabina o Luis Eduardo Aute con quien toca habitualmente desde hace ya varios años.
Se define rockera en actitud y no hay nada más que ver el empaquetado de su libro Bajo las Plumas para certificarlo. Un libro diseñado para que los poemas estuvieran en un bolsillo apretado después de una caricia antes que en una biblioteca.
Una poesía para llevarla. Empieza con unas Re-Flexiones, un ejercicio físico que suele hacerse en posición inclinada, recostado hacia abajo y subiendo y bajando al suelo. Esta gimnasia poética y reflexiva que no cesa en todo el libro, encuentra momentos magníficos como en este fragmento:
cada día descubro un dibujo nuevo
en el mapa abierto
de mis secretos
Todos estos territorios recortados que uno tiene en el corazón están en sus canciones y su poesía, secretos como plumas de edredón que nos protegen del frío y también de los sueños.
Lorenzo Saval, 2011.
2011
ARTÍCULO DE "BAJO LAS PLUMAS", por Alfredo Poyo
Existe una realidad invisible en el planeta que habitamos. Una realidad innegable que da lugar a la vida. Estoy nombrando los acuíferos subterráneos. Esas arterias con toda la música en su silencio. Ese territorio que recorre Cristina Narea para que emane su poesía y evocar así la naturaleza intrínseca de nuestra condición.
En Bajo las Plumas, la figura poética surge de los vocablos empleados. Sin apenas juegos estilísticos, la poeta utiliza un lenguaje escueto con una pasmosa precisión que no deja otro resquicio que el de respirar profundamente y acercar tus labios al caño. La palabra abre el hueco que alumbra el sentimiento, para que volemos cual aves migratorias en pos del calor.
'No, no hay fondo/ ni en lo profundo de tus ojos/… sólo inútiles herramientas/ que frenan un vuelo prometido…'
Pero los versos no proponen un tópico viaje a África. Buscan el calor del encuentro, conjugando la naturaleza. El océano como tránsito metafórico para rastrear la autenticidad del amor en cuanto a creación. Desde ahí reconocerse y, atendiendo a nuestra condición de bicho colectivo, buscar la cercanía de otras manos, sabiendo detenerse en cada momento del recorrido y del encuentro, y así extasiarlos.
'la belleza es un estado/ un momento sin tiempo/ un viaje/ vuelo pleno/ un billete para dos…'
Esa sensación de viaje, de plenitud y de encuentro te atrapa desde el primer poema del libro. La magia no hace más que empezar. Del acuífero al vuelo, donde absorbemos toda la destreza del aire. Y sin dejar de volar tocamos tierra cuando nos habla, con suaves tintes de añoranza, de su Chile natal o de sus Seres queridos.
'Te vas y hace frío/ Nos rodea el mar/ Y no sabemos qué es el agua/ Nos alcanza el amor/ Y no sabemos qué somos'.
Siempre ubicada en la humildad, la autora sin embargo conoce absolutamente las realidades de la distancia y de la ternura. Convierte la soledad en una compañía de sueños con forma de aromas y latidos. Y si no hay un espejo a mano que refleje un rostro se dirige a sus plantas o a sus botas que 'de tanto pisar/ ya saben mirar'. Y lo realiza sin exaltar la manida experiencia. Nos ofrece el agradecimiento a la vida con optimismo, como un sueño real porque 'sin enojos/ yo les digo que aún creo en las mañanitas/… la sed/ nunca se acaba'.
El vuelo del acuífero alcanza una altura especial en los poemas amatorios. Sin caer tampoco en la ñoñería romántica, toda la sensualidad del amor surge para ensanchar el aire, la luz de la tarde, la luz de la vela o la música que suena, entre la que ambos amantes realzan sus propias identidades el uno con el otro para compartirlas en pleno gozo del vuelo y desechar… 'el insoportable defecto/ de no conocerse/ el alma ya que tu beso/ tren sin mercancías…/ entra en el túnel de mi boca…'
Raras veces nos encontramos con algún compositor que mantiene el nivel cuando explora el folio en blanco sin rasgar físicamente una guitarra. El lenguaje poético ha de melodiar por sí solo. Además de componer música e interpretarla, cantar como las flores, Cristina Narea extiende sus versos a modo de polen de la poesía pura, sin coros en play-back. Los ofrece como su grito más pulcro. El sujeto poético nos desvela una voz honesta. Esa voz baila desde el manantial para ser lo que sencillamente quiere ser. Y no se lo van a impedir la distancia del vacío, ni la victoria del dictador de turno, ni el anhelo del amor, ni siquiera el tan palpable océano por cruzar. Sabe que lo esencial anida bajo las plumas, ese acuífero subterráneo sin el que no afloraría el agua.
'Tengo que guardar las palabras/ taparme la boca/ inspirar/ respirar/ temblar como único ejercicio público/ No hay más remedio/ que hacer del nudo un lazo abierto/… para festejar/ la alegría del encuentro…'
Alfredo Poyo, Marzo 2011
Existe una realidad invisible en el planeta que habitamos. Una realidad innegable que da lugar a la vida. Estoy nombrando los acuíferos subterráneos. Esas arterias con toda la música en su silencio. Ese territorio que recorre Cristina Narea para que emane su poesía y evocar así la naturaleza intrínseca de nuestra condición.
En Bajo las Plumas, la figura poética surge de los vocablos empleados. Sin apenas juegos estilísticos, la poeta utiliza un lenguaje escueto con una pasmosa precisión que no deja otro resquicio que el de respirar profundamente y acercar tus labios al caño. La palabra abre el hueco que alumbra el sentimiento, para que volemos cual aves migratorias en pos del calor.
'No, no hay fondo/ ni en lo profundo de tus ojos/… sólo inútiles herramientas/ que frenan un vuelo prometido…'
Pero los versos no proponen un tópico viaje a África. Buscan el calor del encuentro, conjugando la naturaleza. El océano como tránsito metafórico para rastrear la autenticidad del amor en cuanto a creación. Desde ahí reconocerse y, atendiendo a nuestra condición de bicho colectivo, buscar la cercanía de otras manos, sabiendo detenerse en cada momento del recorrido y del encuentro, y así extasiarlos.
'la belleza es un estado/ un momento sin tiempo/ un viaje/ vuelo pleno/ un billete para dos…'
Esa sensación de viaje, de plenitud y de encuentro te atrapa desde el primer poema del libro. La magia no hace más que empezar. Del acuífero al vuelo, donde absorbemos toda la destreza del aire. Y sin dejar de volar tocamos tierra cuando nos habla, con suaves tintes de añoranza, de su Chile natal o de sus Seres queridos.
'Te vas y hace frío/ Nos rodea el mar/ Y no sabemos qué es el agua/ Nos alcanza el amor/ Y no sabemos qué somos'.
Siempre ubicada en la humildad, la autora sin embargo conoce absolutamente las realidades de la distancia y de la ternura. Convierte la soledad en una compañía de sueños con forma de aromas y latidos. Y si no hay un espejo a mano que refleje un rostro se dirige a sus plantas o a sus botas que 'de tanto pisar/ ya saben mirar'. Y lo realiza sin exaltar la manida experiencia. Nos ofrece el agradecimiento a la vida con optimismo, como un sueño real porque 'sin enojos/ yo les digo que aún creo en las mañanitas/… la sed/ nunca se acaba'.
El vuelo del acuífero alcanza una altura especial en los poemas amatorios. Sin caer tampoco en la ñoñería romántica, toda la sensualidad del amor surge para ensanchar el aire, la luz de la tarde, la luz de la vela o la música que suena, entre la que ambos amantes realzan sus propias identidades el uno con el otro para compartirlas en pleno gozo del vuelo y desechar… 'el insoportable defecto/ de no conocerse/ el alma ya que tu beso/ tren sin mercancías…/ entra en el túnel de mi boca…'
Raras veces nos encontramos con algún compositor que mantiene el nivel cuando explora el folio en blanco sin rasgar físicamente una guitarra. El lenguaje poético ha de melodiar por sí solo. Además de componer música e interpretarla, cantar como las flores, Cristina Narea extiende sus versos a modo de polen de la poesía pura, sin coros en play-back. Los ofrece como su grito más pulcro. El sujeto poético nos desvela una voz honesta. Esa voz baila desde el manantial para ser lo que sencillamente quiere ser. Y no se lo van a impedir la distancia del vacío, ni la victoria del dictador de turno, ni el anhelo del amor, ni siquiera el tan palpable océano por cruzar. Sabe que lo esencial anida bajo las plumas, ese acuífero subterráneo sin el que no afloraría el agua.
'Tengo que guardar las palabras/ taparme la boca/ inspirar/ respirar/ temblar como único ejercicio público/ No hay más remedio/ que hacer del nudo un lazo abierto/… para festejar/ la alegría del encuentro…'
Alfredo Poyo, Marzo 2011
2010
NOTA DE PRENSA DE LA PRESENTACIÓN DE "AGUA", por Bruno Galindo.
Cristina Narea, nacida en Santiago de Chile, forma parte de una familia particularmente sensibilizada con la música. Hija de la popular bolerista Myriam Schrebler, y hermana de los productores y empresarios musicales Carlos y Paula Narea, publicó en los 80 su primer disco “Mensajero del amor” con el sello santiaguino Alerce.
Tras numerosos viajes transatlánticos se estableció en España en los años 80, momento en que arrancó una exitosa carrera como acompañante vocal de talentos tan reconocidos como Nacha Pop, Miguel Ríos, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute o Revolver. Con el tiempo comenzó a destacar como compositora, al servicio de artistas como Ketama, Claudio Baglioni o Miguel Ríos y por supuesto al suyo propio (así lo demostró en “Al otro lado”, su primer disco solista en España, publicado en 2004 por Fundación Autor).
“Agua” cuenta con la participación –habitual en la obra de Cristina-, de los algunos de los mejores músicos de sesión de este país y con la Producción de: José Romero, Basilio Martí, Adrián Schinoff, Carlos Brooking, Osvi Grecco, Paco Bastante … Dentro del apartado de colaboraciones, hay que destacar el irrepetible encuentro de Luis Eduardo Aute, Carmen París, Javier Ruibal y la propia Cristina en su versión de “Volver a los 17”, clásico de la icónica Violeta Parra.
“Agua” muestra todo el talento y vocal de Cristina pero además su revela carisma como compositora. Títulos como “Se apagó la ciudad”, “Tanto sol”, “La casa azul”, “Bajo la cruz del sur” o la propia “Agua” muestran la habilidad de la artista para revelarse en distintas formatos musicales, desde la sensibilidad acústica hasta el vigor más próximo al rock. Sencillo, liviano y cristalino, se escucha con la frescura a la que invita el nombre de la obra.
Cristina Narea estará presentando “Agua” en la sala Galileo de Madrid el próximo 27 de enero. Se acompaña, en esta nueva etapa, con su banda más habitual, los “Be Water”, músicos de la calidad de Osvi Grecco, Fernando Luppano, Cristian Constantinni, y Basilio Martí.
Bruno Galindo
2009
RESEÑA DEL DISCO "AGUA" por Bruno Galindo
La primera vez que ví a Cristina Narea compartía el escenario con Nacha Pop en su concierto de despedida, que sirvió para grabar su disco póstumo; era 1988. La última vez que la vi fue hace un rato en uno de esos bares del centro de Madrid donde queda todo el mundo; no existía en aquellos años. La cosa podría servir para reivindicar aquello de que veinte años no son nada. Aprovechemos mejor la ocasión para hacer la observación contraria: dos décadas (y pico) son bastante. Es el tiempo en que se construye una carrera.
En realidad Cristina empezó mucho antes: cuando su Chile natal combatía el trauma de la violencia y la injusticia aferrándose a la poesía y la música; cuando el sueño a realizar era llevar la propia música al mundo del que venían Dylan o Beatles. La hija de la popular bolerista Myriam Schrebler ya había vivido todo aquello antes de establecerse en Madrid; algo después de lo de Nacha Pop ya tenía su primer proyecto aquí: Pecata Minuta, junto al batería Sergio Castillo. También tenía el hábito de juntarse con algunos los mejores músicos de este país y de esos tiempos. Siguen a su lado: también ellos han hecho su carrera en estos veintipico años, convirtiéndose en varios casos en los artistas más exitosos de España.
Siguen cerca de ella, digo, en justa correspondencia porque ella también sigue con ellos, y a algunos se les escucha en Agua. Y cómo va a llamarse de otro modo el disco, si suena fresco, liviano, mineral. Como el líquido elemental, la obra es capaz de ser en algunas canciones vaporosa y leve, y en otras sólida y contundente. Natural siempre, porque su voz cristalina fluye y se abre camino bajo las melodías, sobre las letras, derramándose delicadamente como el agua a lo largo de una cordillera en pleno deshielo. Valiosa la ayuda de los cómplices habituales: Osvi Greco, José Romero, Basilio Martí, su hermano Carlos Narea, Adrián Schinoff, Carlos Brooking,, Paco Bastante, Tito Dávila…
Variado trabajo: tiene, posiblemente, estaciones, como el año. Tiene la poesía –porque es uno de los compromisos de Cristina: tal vez pronto muestre sus poemas públicamente- y tiene el nervio –porque es latina-. Tiene la luminosidad de quien está enamorado de lo que hace, y la avidez por lo que va a venir. Y tiene la nostalgia por lo que pasó y dejó algo indeleble. Ya saben a estas alturas que Narea ha cantado para y con Nacha Pop, Miguel Ríos, Revolver o Sabina. Aquí están otros amigos: Luis Eduardo Aute, Carmen París y Javier Ruibal, todos juntos en el “Volver a los 17” de la recordada Violeta Parra.
En fin: ha pasado el tiempo, veintipico años, y se han sucedido los grupos (unos quedaron atrás, otros perduran); las canciones propias (ya hace cinco años de su anterior disco “Al otro lado”) y las compuestas para otros (Ketama, Miguel Ríos, la argentina Sandra Mihanovic y un largo etcétera). Siempre ha estado ahí, en todo caso; si en todos estos años has ido a ver conciertos con cierta asiduidad, seguro que la has escuchado cantando con alguien. O sola, ya desde hace un lustro. Su voz siempre es diamantina. Su presencia exuda la belleza y la dignidad del mejor oficio del mundo: el de la música..
Bruno Galindo
Madrid, diciembre de 2009
2004
ARTÍCULO DEL DISCO "AL OTRO LADO" por Santiago Alcanda
Suenan suavemente notas de piano y Cristina entra cantando, susurrando estas palabras:
"El misterio es un mar que te habla en silencio, que te aleja o te acerca al centro del universo. .."
Es la última de estas primeras once canciones que Cristina Narea ha grabado en solitario, el secreto final que su voz prodigiosa desvela con talento y afecto al oyente que durante casi cuarenta minutos a empezado a aprender a amarla canción a canción, estribillo a estribillo, entre destellos y muestras de su ingente bagaje de registros y recursos musicales, de emociones y pensamientos. Cristina, entre tantos viajes y desventuras, tantos desaires y locuras, tantos encuentros y extravíos, Cristina se ha creado, pulido en persona preciosa; pese a tanto desánimo e impotencia sufridas. Cristina Narea es una mujer privilegiada, una figura iluminada que nos destella con estos sus poemas cantados, abiertos, sinceros, bellos.
Cristina Narea, artista de largo recorrido, ha llegado ya al otro lado, a su rincón desde el que poder comunicar su arte y sus vivencias. Ya no importa cuántos oídos y cuántas almas alcanzará porque su música va a quedar. El escritor Luis Goytisolo explicaba hace unos días en El País el hecho de que "...las obras de verdadera calidad sigan siendo leídas al margen del paso del tiempo. Y que los best sellers dejen de pronto de ser leídas y caigan en el olvido, ya que las lecturas de entretenimiento están sujetas a la promoción comercial y a la moda, y al término de la temporada, el propio mercado se encarga de sustituirlas por otras". Las canciones de Cristina Narea, como las de Bob Dylan, Serrat, Cole Porter o Antonio Vega, no son canciones de temporada. Repito: quedan.
Cristina nació en Santiago de Chile, hija de Myriam Schrebler, del dúo Sonia y Myriam, artistas de enorme popularidad y mayor prestigio cuyos boleros han vivido y revivido tantas generaciones latinoamericanas. Cristina creció entre artistas y en sus días de infancia y adolescencia rechazó todo lo que tuviera que ver con el mundo del espectáculo, con el famoseo: "No quería dedicarme a la música. Mis hermanos Carlos y Paula también se habían enganchado con la música y sentía una reacción contra natura". A comienzo de los 70 la familia se marcha a España donde el gusanillo artístico empieza a germinar en Cristina.
Pronto podíamos escuchar sus coros para diferentes artistas y fue precisamente en una gira con Paloma San Basilio que Cristina volvió a su tierra natal y al ver la situación tan crítica bajo la dictadura decide quedarse. Se convirtió en cantante-protesta y participó e incluso encabezó jornadas de protesta, manifestaciones donde actuaba: "Al ser hija de famosa mi presencia en aquellos eventos era muy útil para la causa; la fama amplificaba nuestras reivindicaciones. Pero ese ciclo terminó y en 1987 me vine a Madrid para hacer música con músicos buenos y demás".
En España Cristina empieza a cotizarse como una vocalista de máximo nivel requerida por los artistas mas importantes para sus discos o conciertos. Cristina canta en el álbum 80-88 de Nacha Pop y luego lo seguirá haciendo en los de Antonio Vega y Nacho García Vega en solitario. También ha cantado y tocado para Miguel Ríos, Sergio Dalma, Revólver, Tahúres Zurdos, Manolo Tena, Joaquín Sabina o Luis Edo. Aute. "He aprendido mucho de estos grandes artistas, de las grabaciones, de las giras... Yo era una esponja que todo lo absorbía y ahora se que nada fue en vano..." Todos ellos, no cesaron de animarle a que se decidiera y diera el salto al otro lado, al de artista en primer plano que comunica su arte...
Hasta cuándo hay que esperar
Hasta cuándo dura esto de soñar
Una de dos, sera mejor que me decida
Daré la vuelta al sol
La carrera de Cristina se asemeja a lo que ya experimentaron otras grandes figuras en Estados Unidos o Inglaterra. Durante años Sheryl Crow cantó coros para Michael Jackson, Hall & Oates o Taj Majal. Y Sam Brown siguió el camino de su madre Vicky y cantó para Elton John, George Harrison o Steve Winwood antes de lograr su éxito personal con Stop. y qué decir de Valerie Carter con Jackson Browne, James Taylor o Christopher Cross, u Oletta Adams con Tears for Fears.
En 1990, Cristina, con su guitarra y sus canciones se aventura en Estados Unidos, Canada y Reino Unido con un par de giras en Festivales como el de Milton Keynes o el de Greenwich. En el 92 formó un grupo Con Sergio Castillo, bater’ía, musicazo, productor (gran responsable del sonido Estopa) : la banda Pecata Minuta no tardó en hacerse un nombre en el circuito madrileño de actuaciones. Cristina siempre se había empapado de las músicas exquisitas de Joni Mitchell, Rickie Lee Jones, Weather Report, Earth Wind & Fire, e incluso tardó en descubrir la magia de la sencillez absoluta de los Beatles: pop, pop, pop. Y ahora puede escuchar a George Michael, Clapton, Elvis Costello o Diana Krall, pero se enloquece con la poesía. Y leer, Cristina lee por un tubo poesías y libros de pensamiento, Lope de Vega, García Montero, Angel González, Valente. .."Me encantan los ángeles como figura literaria, los siento de una manera física...sin lugar a dudas los ángeles de la guarda existen... "
Cristina fue tomando mayor confianza en su forma de escribir, de concretar canciones directas a los corazones abiertos ya las mentes despejadas o confusas. Por eso, le empezaron a pedir canciones en Latinoamérica y en España gente como Ketama, Mal de Amores o Miguel Ríos. En los últimos años no ha dejado de bucear en si misma, en su forma de ver y contar las cosas, de buscar su propio estilo en el formato único y universal de canciones de tres o cuatro minutos. El resultado, como se puede escuchar, es impresionante, Pongamos el CD y, canción por canción, no podremos desde–ar ninguna . Todas enganchan...
CRISTINA NAREA...AL OTRO LADO
Letra, música y magia; Cristina Narea
1. Líderes de alquiler. Tema guitarrero de tiempo country, tema respondón con un estribillo contundente: "Para los líderes políticos que pasan de la responsabilidad que le corresponden los votos recibidos. Siempre se están reuniendo y nunca deciden ni resuelven. Mucha reunión, poca revolución...Las guerras siguen y ellos...Es una diatriba con la clase política." Suena muy pop-rock.
2. Sólo una vez. El piano eléctrico de Tito Dávila arranca este baladón que te pilla desde el principio. Quién puede cantarlas con ese gusto, con esa riqueza de registros y recursos, con este feeling?: "No tiene misterio. Una poesía con una música hermosa. Estaba yo dándole vueltas al proyecto de uno mismo. Meditación en soledad, búsqueda...La música navega en esa reiteración, como una espiral... una reflexión que se responde con la letra".
3. En medio de ti y de mi. Otra balada sencillita, íntima cantada con delicadeza, con cariño. Voz y guitarras acústicas al estilo clásico de Crosby, Still and Nash con dejes brasileros al cantar. "Es una canción de corazón absoluta. Es brutal. Llegué a casa, deje el bolso, cojí la guitarra y me salió directamente de las entrañas. Me emociona, es generosa. La música es una mantita cálida".
4. Cerca de ti. Los loops de Cristina, ese bajo fiel, profundo y juguetón, tan de apoyo de Marcelo Fuentes, los sintes de Tito Dávila al estilo Lyle Mays, los pequeños solos finales de Ricardo Marín...instrumento con instrumento acompañan a una voz estratosférica, a una canción total, perfecta, una joya. "Es muy de directo, con mucho ritmo, muy contagiosa. Esa sensación de levantarte, salir a la calle y unirte con el mundo en movimiento, todos iguales pero distintos...el ritmo que avanza con la gente. Tiene vaivén, bailoteo. Me encanta bailar"
5. Mil Piruetas (Al otro lado). Una barbaridad. Una pasada. Qué armonías! Le he dado al repeat y una y otra vez me estremezco. No quiero seguir escribiendo. Necesito escucharla. Es verdad Cristina, los ángeles existen. Gracias por no parar. Bienvenida al otro lado: "Las ganas de acceder a comunicar. No soy una ermitaña. Ganas de llegar al otro lado como dos pájaros en vuelo. ..Una reivindicación de que se oiga lo que se lleva dentro, de dar las canciones que he sentido y he parido. Necesito el calor de la respuesta a lo que hago que tanto me gusta. Es mi vida. La mœúsica es tierna, pudorosa, delicada, para que entre con suavidad".
6. Nadie nos vió. Joni Mitchell sobrevuela mas que nunca por el alma agradecida de Cristina. Luego en el estribillo la cosa cambia. Cristina lo canta todo tan bonito. Y esos coros que responden con el título del tema. Y ese slide. "Salió después de una noche de fiesta y encuentros hermosos. Los dos seres se encuentran, se rozan, se hacen felices y nadie fuera se lo puede imaginar. Este tema l0 grabó Sandra Mihanovic en Argentina. Todo un honor. La hice en un pis-pas. Es una balada muy redonda, muy potente".
7. Ni tú ni yo. Sólo hay un tiempo helado/golpeando al otro lado de los dos. ..Esta letra es total. Un desengaño, un adiós que sobrecoge por la manera de contarlo y cantarlo. ..A Pedro Guerra le fascinaría: "De las œltimas que he compuesto. Me siento muy orgullosa de esta pequeña joyita. Aparentemente es una canción de desamor, pero es todo lo contrario" -¡Vaya! -"es una declaración de amor en toda regla. Mucho dolor, mucha chulería, mucha generosidad. La música está muy trabajada armónicamente, pulida hasta una sencillez total. Es rica y simple a la vez"".
8. Subiré Dos partes bien claras y hermanadas con arranques hacia delante que contagian...Una lenta, suave, con un piano primoroso...Y el estribillo que se acelera y nos anima a acometer lo que venga. La maga, la bruja? , Cristina quita el miedo. Puro hechizo. Y uno sube y sube. Es verdad! : "Es la vida de alguien que se dedica a comunicar, a buscarse la vida con su saber hacer, que se pelea ser jefa de si misma, el tener un tesoro propio que poder mostrar. Vértigo y riesgo. Esta dedicada a Edith Salazar, amiga y músico excepcional"".
9. Curvas Cerradas. Atención al riff guitarrero que te acompaña mientras te conduces a cualquier parte. Qué guitarras! La quiero escuchar en concierto cuanto antes. Po favooo: "Rocanrol para adentro, letra simplísima. Soy motera de espíritu...derrapando, apurando frenadas, rozando el límite. Así soy también".
10. No estes solo. Parece que Cristina se retuerce muy dentro mientras canta esta canción tan suya, tan de su signo. A ver quién hace una versión de esta maravilla. Un tesoro. "De las mas antiguas. A Carlos (el productor) le vuelve loco y se empe–ñó en que estuviera en el disco. Ha sido estupendo contar con el trabajo de mi hermano Carlos como productor. ..una experiencia especial. Una balada de amor en tiempos pasados. Un amor en Lanzarote...me trae buenos recuerdos de días duros y...la magia de la distancia".
11. El Misterio. Cristina y Tato Icasto. Voz y piano. Tema clave, tema secreto, la melodía coquetea con el silencio: "Entronca con Al otro lado. Lo dice de una manera diferente y al final resulta que dice algo muy similar. Hay silencio y hay movimiento porque en la decisión ha de haber dinamismo, un acercarse...
2001
PALABRAS DE Luis Eduardo Aute
Nada hay más admirable que ver a una persona que, poseyendo el talento, se aleja, por pudorosa honradez, de cualquier obcecación por conseguir el éxito fácil a costa de lo que sea, y mucho mas en estos tiempos mediocres en los que cualquier impresentable alcanza famas escandalosamente inmerecidas.
No es este el caso de Cristina Narea, una mujer que, desde hace un buen puñado de años (aprovechando los huecos que su colaboración como guitarrista, percusionista o haciendo voces para otros artistas) trabaja, casi en secreto, en su auténtica pasión que es componer y cantar sus propias canciones.
Conozco a Cristina desde 1998 cuando se incorporó al grupo que me acompaña en los conciertos. Su entrada fue realmente heroica porque, por motivos que no vienen al caso, tuvo que aprenderse en horas una veintena de canciones. No se cómo logró aquel imposible, pero superó con sobresaliente el trance. Con toda sinceridad no puedo mas que agradecerle el tremendo esfuerzo. El resultado fue espléndido. Y lo curioso es que a lo largo de estos años de conciertos y giras, Cristina me habló, porque yo le pregunté (nada hubiera sabido si no le hubiera preguntado), de que había compuesto algunas "cancioncillas" que tenía guardadas en un cajón.
Le dije que tenía curiosidad por conocer aquellas "cancioncillas" pero pasaba el tiempo y Cristina no daba señales de atender mi solicitud. Dejé de insistir en escucharlas porque tenía la sensación de que Cristina prefería mantenerlas en sigilo.
Sorprendentemente, hace algunos días, me comunicó que le parecía llegado el momento de que las escuchara. Pretendía resucitarlas del letargo provocado por su inexplicable pudor.
Por fin tuve la fortuna de conocer aquel trabajo elaborado con tanto recato. Y digo "fortuna" porque con toda sinceridad, fue una gratísima sorpresa encontrarme con unas magníficas canciones, imaginativas, bellísimas tanto en su concepto musical como literario. Me atrevería a decir que la calidad de las canciones esta muy por encima de lo habitual.
Espero y deseo que estas canciones sitúen a Cristina Narea en un primerísimo lugar del panorama musical de España.
Enero, 2001. Luis Eduardo Aute
NOTA DE PRENSA DE LA PRESENTACIÓN DE "AGUA", por Bruno Galindo.
Cristina Narea, nacida en Santiago de Chile, forma parte de una familia particularmente sensibilizada con la música. Hija de la popular bolerista Myriam Schrebler, y hermana de los productores y empresarios musicales Carlos y Paula Narea, publicó en los 80 su primer disco “Mensajero del amor” con el sello santiaguino Alerce.
Tras numerosos viajes transatlánticos se estableció en España en los años 80, momento en que arrancó una exitosa carrera como acompañante vocal de talentos tan reconocidos como Nacha Pop, Miguel Ríos, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute o Revolver. Con el tiempo comenzó a destacar como compositora, al servicio de artistas como Ketama, Claudio Baglioni o Miguel Ríos y por supuesto al suyo propio (así lo demostró en “Al otro lado”, su primer disco solista en España, publicado en 2004 por Fundación Autor).
“Agua” cuenta con la participación –habitual en la obra de Cristina-, de los algunos de los mejores músicos de sesión de este país y con la Producción de: José Romero, Basilio Martí, Adrián Schinoff, Carlos Brooking, Osvi Grecco, Paco Bastante … Dentro del apartado de colaboraciones, hay que destacar el irrepetible encuentro de Luis Eduardo Aute, Carmen París, Javier Ruibal y la propia Cristina en su versión de “Volver a los 17”, clásico de la icónica Violeta Parra.
“Agua” muestra todo el talento y vocal de Cristina pero además su revela carisma como compositora. Títulos como “Se apagó la ciudad”, “Tanto sol”, “La casa azul”, “Bajo la cruz del sur” o la propia “Agua” muestran la habilidad de la artista para revelarse en distintas formatos musicales, desde la sensibilidad acústica hasta el vigor más próximo al rock. Sencillo, liviano y cristalino, se escucha con la frescura a la que invita el nombre de la obra.
Cristina Narea estará presentando “Agua” en la sala Galileo de Madrid el próximo 27 de enero. Se acompaña, en esta nueva etapa, con su banda más habitual, los “Be Water”, músicos de la calidad de Osvi Grecco, Fernando Luppano, Cristian Constantinni, y Basilio Martí.
Bruno Galindo
2009
RESEÑA DEL DISCO "AGUA" por Bruno Galindo
La primera vez que ví a Cristina Narea compartía el escenario con Nacha Pop en su concierto de despedida, que sirvió para grabar su disco póstumo; era 1988. La última vez que la vi fue hace un rato en uno de esos bares del centro de Madrid donde queda todo el mundo; no existía en aquellos años. La cosa podría servir para reivindicar aquello de que veinte años no son nada. Aprovechemos mejor la ocasión para hacer la observación contraria: dos décadas (y pico) son bastante. Es el tiempo en que se construye una carrera.
En realidad Cristina empezó mucho antes: cuando su Chile natal combatía el trauma de la violencia y la injusticia aferrándose a la poesía y la música; cuando el sueño a realizar era llevar la propia música al mundo del que venían Dylan o Beatles. La hija de la popular bolerista Myriam Schrebler ya había vivido todo aquello antes de establecerse en Madrid; algo después de lo de Nacha Pop ya tenía su primer proyecto aquí: Pecata Minuta, junto al batería Sergio Castillo. También tenía el hábito de juntarse con algunos los mejores músicos de este país y de esos tiempos. Siguen a su lado: también ellos han hecho su carrera en estos veintipico años, convirtiéndose en varios casos en los artistas más exitosos de España.
Siguen cerca de ella, digo, en justa correspondencia porque ella también sigue con ellos, y a algunos se les escucha en Agua. Y cómo va a llamarse de otro modo el disco, si suena fresco, liviano, mineral. Como el líquido elemental, la obra es capaz de ser en algunas canciones vaporosa y leve, y en otras sólida y contundente. Natural siempre, porque su voz cristalina fluye y se abre camino bajo las melodías, sobre las letras, derramándose delicadamente como el agua a lo largo de una cordillera en pleno deshielo. Valiosa la ayuda de los cómplices habituales: Osvi Greco, José Romero, Basilio Martí, su hermano Carlos Narea, Adrián Schinoff, Carlos Brooking,, Paco Bastante, Tito Dávila…
Variado trabajo: tiene, posiblemente, estaciones, como el año. Tiene la poesía –porque es uno de los compromisos de Cristina: tal vez pronto muestre sus poemas públicamente- y tiene el nervio –porque es latina-. Tiene la luminosidad de quien está enamorado de lo que hace, y la avidez por lo que va a venir. Y tiene la nostalgia por lo que pasó y dejó algo indeleble. Ya saben a estas alturas que Narea ha cantado para y con Nacha Pop, Miguel Ríos, Revolver o Sabina. Aquí están otros amigos: Luis Eduardo Aute, Carmen París y Javier Ruibal, todos juntos en el “Volver a los 17” de la recordada Violeta Parra.
En fin: ha pasado el tiempo, veintipico años, y se han sucedido los grupos (unos quedaron atrás, otros perduran); las canciones propias (ya hace cinco años de su anterior disco “Al otro lado”) y las compuestas para otros (Ketama, Miguel Ríos, la argentina Sandra Mihanovic y un largo etcétera). Siempre ha estado ahí, en todo caso; si en todos estos años has ido a ver conciertos con cierta asiduidad, seguro que la has escuchado cantando con alguien. O sola, ya desde hace un lustro. Su voz siempre es diamantina. Su presencia exuda la belleza y la dignidad del mejor oficio del mundo: el de la música..
Bruno Galindo
Madrid, diciembre de 2009
2004
ARTÍCULO DEL DISCO "AL OTRO LADO" por Santiago Alcanda
Suenan suavemente notas de piano y Cristina entra cantando, susurrando estas palabras:
"El misterio es un mar que te habla en silencio, que te aleja o te acerca al centro del universo. .."
Es la última de estas primeras once canciones que Cristina Narea ha grabado en solitario, el secreto final que su voz prodigiosa desvela con talento y afecto al oyente que durante casi cuarenta minutos a empezado a aprender a amarla canción a canción, estribillo a estribillo, entre destellos y muestras de su ingente bagaje de registros y recursos musicales, de emociones y pensamientos. Cristina, entre tantos viajes y desventuras, tantos desaires y locuras, tantos encuentros y extravíos, Cristina se ha creado, pulido en persona preciosa; pese a tanto desánimo e impotencia sufridas. Cristina Narea es una mujer privilegiada, una figura iluminada que nos destella con estos sus poemas cantados, abiertos, sinceros, bellos.
Cristina Narea, artista de largo recorrido, ha llegado ya al otro lado, a su rincón desde el que poder comunicar su arte y sus vivencias. Ya no importa cuántos oídos y cuántas almas alcanzará porque su música va a quedar. El escritor Luis Goytisolo explicaba hace unos días en El País el hecho de que "...las obras de verdadera calidad sigan siendo leídas al margen del paso del tiempo. Y que los best sellers dejen de pronto de ser leídas y caigan en el olvido, ya que las lecturas de entretenimiento están sujetas a la promoción comercial y a la moda, y al término de la temporada, el propio mercado se encarga de sustituirlas por otras". Las canciones de Cristina Narea, como las de Bob Dylan, Serrat, Cole Porter o Antonio Vega, no son canciones de temporada. Repito: quedan.
Cristina nació en Santiago de Chile, hija de Myriam Schrebler, del dúo Sonia y Myriam, artistas de enorme popularidad y mayor prestigio cuyos boleros han vivido y revivido tantas generaciones latinoamericanas. Cristina creció entre artistas y en sus días de infancia y adolescencia rechazó todo lo que tuviera que ver con el mundo del espectáculo, con el famoseo: "No quería dedicarme a la música. Mis hermanos Carlos y Paula también se habían enganchado con la música y sentía una reacción contra natura". A comienzo de los 70 la familia se marcha a España donde el gusanillo artístico empieza a germinar en Cristina.
Pronto podíamos escuchar sus coros para diferentes artistas y fue precisamente en una gira con Paloma San Basilio que Cristina volvió a su tierra natal y al ver la situación tan crítica bajo la dictadura decide quedarse. Se convirtió en cantante-protesta y participó e incluso encabezó jornadas de protesta, manifestaciones donde actuaba: "Al ser hija de famosa mi presencia en aquellos eventos era muy útil para la causa; la fama amplificaba nuestras reivindicaciones. Pero ese ciclo terminó y en 1987 me vine a Madrid para hacer música con músicos buenos y demás".
En España Cristina empieza a cotizarse como una vocalista de máximo nivel requerida por los artistas mas importantes para sus discos o conciertos. Cristina canta en el álbum 80-88 de Nacha Pop y luego lo seguirá haciendo en los de Antonio Vega y Nacho García Vega en solitario. También ha cantado y tocado para Miguel Ríos, Sergio Dalma, Revólver, Tahúres Zurdos, Manolo Tena, Joaquín Sabina o Luis Edo. Aute. "He aprendido mucho de estos grandes artistas, de las grabaciones, de las giras... Yo era una esponja que todo lo absorbía y ahora se que nada fue en vano..." Todos ellos, no cesaron de animarle a que se decidiera y diera el salto al otro lado, al de artista en primer plano que comunica su arte...
Hasta cuándo hay que esperar
Hasta cuándo dura esto de soñar
Una de dos, sera mejor que me decida
Daré la vuelta al sol
La carrera de Cristina se asemeja a lo que ya experimentaron otras grandes figuras en Estados Unidos o Inglaterra. Durante años Sheryl Crow cantó coros para Michael Jackson, Hall & Oates o Taj Majal. Y Sam Brown siguió el camino de su madre Vicky y cantó para Elton John, George Harrison o Steve Winwood antes de lograr su éxito personal con Stop. y qué decir de Valerie Carter con Jackson Browne, James Taylor o Christopher Cross, u Oletta Adams con Tears for Fears.
En 1990, Cristina, con su guitarra y sus canciones se aventura en Estados Unidos, Canada y Reino Unido con un par de giras en Festivales como el de Milton Keynes o el de Greenwich. En el 92 formó un grupo Con Sergio Castillo, bater’ía, musicazo, productor (gran responsable del sonido Estopa) : la banda Pecata Minuta no tardó en hacerse un nombre en el circuito madrileño de actuaciones. Cristina siempre se había empapado de las músicas exquisitas de Joni Mitchell, Rickie Lee Jones, Weather Report, Earth Wind & Fire, e incluso tardó en descubrir la magia de la sencillez absoluta de los Beatles: pop, pop, pop. Y ahora puede escuchar a George Michael, Clapton, Elvis Costello o Diana Krall, pero se enloquece con la poesía. Y leer, Cristina lee por un tubo poesías y libros de pensamiento, Lope de Vega, García Montero, Angel González, Valente. .."Me encantan los ángeles como figura literaria, los siento de una manera física...sin lugar a dudas los ángeles de la guarda existen... "
Cristina fue tomando mayor confianza en su forma de escribir, de concretar canciones directas a los corazones abiertos ya las mentes despejadas o confusas. Por eso, le empezaron a pedir canciones en Latinoamérica y en España gente como Ketama, Mal de Amores o Miguel Ríos. En los últimos años no ha dejado de bucear en si misma, en su forma de ver y contar las cosas, de buscar su propio estilo en el formato único y universal de canciones de tres o cuatro minutos. El resultado, como se puede escuchar, es impresionante, Pongamos el CD y, canción por canción, no podremos desde–ar ninguna . Todas enganchan...
CRISTINA NAREA...AL OTRO LADO
Letra, música y magia; Cristina Narea
1. Líderes de alquiler. Tema guitarrero de tiempo country, tema respondón con un estribillo contundente: "Para los líderes políticos que pasan de la responsabilidad que le corresponden los votos recibidos. Siempre se están reuniendo y nunca deciden ni resuelven. Mucha reunión, poca revolución...Las guerras siguen y ellos...Es una diatriba con la clase política." Suena muy pop-rock.
2. Sólo una vez. El piano eléctrico de Tito Dávila arranca este baladón que te pilla desde el principio. Quién puede cantarlas con ese gusto, con esa riqueza de registros y recursos, con este feeling?: "No tiene misterio. Una poesía con una música hermosa. Estaba yo dándole vueltas al proyecto de uno mismo. Meditación en soledad, búsqueda...La música navega en esa reiteración, como una espiral... una reflexión que se responde con la letra".
3. En medio de ti y de mi. Otra balada sencillita, íntima cantada con delicadeza, con cariño. Voz y guitarras acústicas al estilo clásico de Crosby, Still and Nash con dejes brasileros al cantar. "Es una canción de corazón absoluta. Es brutal. Llegué a casa, deje el bolso, cojí la guitarra y me salió directamente de las entrañas. Me emociona, es generosa. La música es una mantita cálida".
4. Cerca de ti. Los loops de Cristina, ese bajo fiel, profundo y juguetón, tan de apoyo de Marcelo Fuentes, los sintes de Tito Dávila al estilo Lyle Mays, los pequeños solos finales de Ricardo Marín...instrumento con instrumento acompañan a una voz estratosférica, a una canción total, perfecta, una joya. "Es muy de directo, con mucho ritmo, muy contagiosa. Esa sensación de levantarte, salir a la calle y unirte con el mundo en movimiento, todos iguales pero distintos...el ritmo que avanza con la gente. Tiene vaivén, bailoteo. Me encanta bailar"
5. Mil Piruetas (Al otro lado). Una barbaridad. Una pasada. Qué armonías! Le he dado al repeat y una y otra vez me estremezco. No quiero seguir escribiendo. Necesito escucharla. Es verdad Cristina, los ángeles existen. Gracias por no parar. Bienvenida al otro lado: "Las ganas de acceder a comunicar. No soy una ermitaña. Ganas de llegar al otro lado como dos pájaros en vuelo. ..Una reivindicación de que se oiga lo que se lleva dentro, de dar las canciones que he sentido y he parido. Necesito el calor de la respuesta a lo que hago que tanto me gusta. Es mi vida. La mœúsica es tierna, pudorosa, delicada, para que entre con suavidad".
6. Nadie nos vió. Joni Mitchell sobrevuela mas que nunca por el alma agradecida de Cristina. Luego en el estribillo la cosa cambia. Cristina lo canta todo tan bonito. Y esos coros que responden con el título del tema. Y ese slide. "Salió después de una noche de fiesta y encuentros hermosos. Los dos seres se encuentran, se rozan, se hacen felices y nadie fuera se lo puede imaginar. Este tema l0 grabó Sandra Mihanovic en Argentina. Todo un honor. La hice en un pis-pas. Es una balada muy redonda, muy potente".
7. Ni tú ni yo. Sólo hay un tiempo helado/golpeando al otro lado de los dos. ..Esta letra es total. Un desengaño, un adiós que sobrecoge por la manera de contarlo y cantarlo. ..A Pedro Guerra le fascinaría: "De las œltimas que he compuesto. Me siento muy orgullosa de esta pequeña joyita. Aparentemente es una canción de desamor, pero es todo lo contrario" -¡Vaya! -"es una declaración de amor en toda regla. Mucho dolor, mucha chulería, mucha generosidad. La música está muy trabajada armónicamente, pulida hasta una sencillez total. Es rica y simple a la vez"".
8. Subiré Dos partes bien claras y hermanadas con arranques hacia delante que contagian...Una lenta, suave, con un piano primoroso...Y el estribillo que se acelera y nos anima a acometer lo que venga. La maga, la bruja? , Cristina quita el miedo. Puro hechizo. Y uno sube y sube. Es verdad! : "Es la vida de alguien que se dedica a comunicar, a buscarse la vida con su saber hacer, que se pelea ser jefa de si misma, el tener un tesoro propio que poder mostrar. Vértigo y riesgo. Esta dedicada a Edith Salazar, amiga y músico excepcional"".
9. Curvas Cerradas. Atención al riff guitarrero que te acompaña mientras te conduces a cualquier parte. Qué guitarras! La quiero escuchar en concierto cuanto antes. Po favooo: "Rocanrol para adentro, letra simplísima. Soy motera de espíritu...derrapando, apurando frenadas, rozando el límite. Así soy también".
10. No estes solo. Parece que Cristina se retuerce muy dentro mientras canta esta canción tan suya, tan de su signo. A ver quién hace una versión de esta maravilla. Un tesoro. "De las mas antiguas. A Carlos (el productor) le vuelve loco y se empe–ñó en que estuviera en el disco. Ha sido estupendo contar con el trabajo de mi hermano Carlos como productor. ..una experiencia especial. Una balada de amor en tiempos pasados. Un amor en Lanzarote...me trae buenos recuerdos de días duros y...la magia de la distancia".
11. El Misterio. Cristina y Tato Icasto. Voz y piano. Tema clave, tema secreto, la melodía coquetea con el silencio: "Entronca con Al otro lado. Lo dice de una manera diferente y al final resulta que dice algo muy similar. Hay silencio y hay movimiento porque en la decisión ha de haber dinamismo, un acercarse...
2001
PALABRAS DE Luis Eduardo Aute
Nada hay más admirable que ver a una persona que, poseyendo el talento, se aleja, por pudorosa honradez, de cualquier obcecación por conseguir el éxito fácil a costa de lo que sea, y mucho mas en estos tiempos mediocres en los que cualquier impresentable alcanza famas escandalosamente inmerecidas.
No es este el caso de Cristina Narea, una mujer que, desde hace un buen puñado de años (aprovechando los huecos que su colaboración como guitarrista, percusionista o haciendo voces para otros artistas) trabaja, casi en secreto, en su auténtica pasión que es componer y cantar sus propias canciones.
Conozco a Cristina desde 1998 cuando se incorporó al grupo que me acompaña en los conciertos. Su entrada fue realmente heroica porque, por motivos que no vienen al caso, tuvo que aprenderse en horas una veintena de canciones. No se cómo logró aquel imposible, pero superó con sobresaliente el trance. Con toda sinceridad no puedo mas que agradecerle el tremendo esfuerzo. El resultado fue espléndido. Y lo curioso es que a lo largo de estos años de conciertos y giras, Cristina me habló, porque yo le pregunté (nada hubiera sabido si no le hubiera preguntado), de que había compuesto algunas "cancioncillas" que tenía guardadas en un cajón.
Le dije que tenía curiosidad por conocer aquellas "cancioncillas" pero pasaba el tiempo y Cristina no daba señales de atender mi solicitud. Dejé de insistir en escucharlas porque tenía la sensación de que Cristina prefería mantenerlas en sigilo.
Sorprendentemente, hace algunos días, me comunicó que le parecía llegado el momento de que las escuchara. Pretendía resucitarlas del letargo provocado por su inexplicable pudor.
Por fin tuve la fortuna de conocer aquel trabajo elaborado con tanto recato. Y digo "fortuna" porque con toda sinceridad, fue una gratísima sorpresa encontrarme con unas magníficas canciones, imaginativas, bellísimas tanto en su concepto musical como literario. Me atrevería a decir que la calidad de las canciones esta muy por encima de lo habitual.
Espero y deseo que estas canciones sitúen a Cristina Narea en un primerísimo lugar del panorama musical de España.
Enero, 2001. Luis Eduardo Aute